Tras cuatro años de ausencia de los escenarios chilenos, la banda
mexicana de rock latino Maná deleitó la noche de este sábado al público
reunido en el Estadio de La Florida en Santiago con un concierto
romántico y eléctrico, en el que repasó sus éxitos y los nuevos temas
del álbum "Drama y Luz".
Pioneros de la escena rockera en español que arrancó en los ochenta de la mano de grupos como Mecano, Nacha Pop o Hombres G en España, y Soda Stereo, Café Tacvba y Caifanes en Latinoamérica, los mexicanos demostraron que saben reciclarse y que con más de veinte años de carrera todavía son capaces de cautivar al respetable.
Temas ya clásicos de la banda como "Rayando el sol", "Oye mi amor" y "De los pies a la cabeza", junto a las melodías del último álbum, "Drama y Luz" (2011), emocionaron a las más de 20.000 almas que corearon los éxitos de Fher Olvera (voz), Juan Calleros (bajo), Álex González (percusión) y Sergio Vallín (guitarra).
Un enorme telón semitransparente sobre el que se proyectaban imágenes en alta definición cubría el escenario cuando los mexicanos saltaron al Estadio para interpretar "Lluvia al corazón", primer sencillo de "Drama y Luz", un álbum cargado de "dolor y esperanza", que surgió tras la muerte de la madre y la hermana de Fher en el 2010.
"Buenas noche Chile, ya los extrañábamos. Este país ha sido desde muchos años muy cariñoso con Maná. Esta noche nos la vamos a pasar de puta madre", señaló Fher, con chaqueta, camisa y pantalones negros, antes de abalanzarse sobre "Oye mi amor", una canción del disco que los catapultó a la fama mundial, "Dónde jugarán los niños" (1992).
"De los pies a la cabeza" y "Manda una señal" pusieron de pie al público, antes de que el telón volviera a cubrir el escenario y reflejara, cual vídeo musical, imágenes relacionados con la canción "El espejo", otro tema del último álbum en el que la banda se acompañó de una sección de cuerdas conformada por ocho mujeres.
"Este tema se lo dedico a una guerrera. A mi madre, que se fue a las estrellas. Y para todos los que han perdido seres queridos", confesó el cantante mexicano, para introducir los primeros acordes de "Vuela libre paloma", un tema que calificó de "cargado de esperanza".
Un par de tragos de una botella de vino chileno -"aquí si que hay buen vino, cabrones", enfatizó Fher mientras bebía-, sirvieron al cantante de acicate para interpretar "Mariposa traicionera", del disco "Revolución de amor" (2002), una melodía que dedicó "a los hombres que se enamoran de mujeres que los tratan mal".
El punto de inflexión del espectáculo llegó cuando Fher y un Sergio Vallín de guitarra acústica dejaron el escenario principal para subirse a una pequeña tarima situada en el centro del Estadio, en la que interpretaron un popurrí de canciones románticas, entre ellas, "Cachito" y "Te lloré un río".
"Corazón Espinado", "Latinoamérica" y "Amor clandestino" fueron otros de los temas interpretados por la banda mexicana antes de poner rumbo hacia Argentina, Paraguay y Uruguay, próximos destinos de la gira latinoamericana "Drama y luz".
Pioneros de la escena rockera en español que arrancó en los ochenta de la mano de grupos como Mecano, Nacha Pop o Hombres G en España, y Soda Stereo, Café Tacvba y Caifanes en Latinoamérica, los mexicanos demostraron que saben reciclarse y que con más de veinte años de carrera todavía son capaces de cautivar al respetable.
Temas ya clásicos de la banda como "Rayando el sol", "Oye mi amor" y "De los pies a la cabeza", junto a las melodías del último álbum, "Drama y Luz" (2011), emocionaron a las más de 20.000 almas que corearon los éxitos de Fher Olvera (voz), Juan Calleros (bajo), Álex González (percusión) y Sergio Vallín (guitarra).
Un enorme telón semitransparente sobre el que se proyectaban imágenes en alta definición cubría el escenario cuando los mexicanos saltaron al Estadio para interpretar "Lluvia al corazón", primer sencillo de "Drama y Luz", un álbum cargado de "dolor y esperanza", que surgió tras la muerte de la madre y la hermana de Fher en el 2010.
"Buenas noche Chile, ya los extrañábamos. Este país ha sido desde muchos años muy cariñoso con Maná. Esta noche nos la vamos a pasar de puta madre", señaló Fher, con chaqueta, camisa y pantalones negros, antes de abalanzarse sobre "Oye mi amor", una canción del disco que los catapultó a la fama mundial, "Dónde jugarán los niños" (1992).
"De los pies a la cabeza" y "Manda una señal" pusieron de pie al público, antes de que el telón volviera a cubrir el escenario y reflejara, cual vídeo musical, imágenes relacionados con la canción "El espejo", otro tema del último álbum en el que la banda se acompañó de una sección de cuerdas conformada por ocho mujeres.
"Este tema se lo dedico a una guerrera. A mi madre, que se fue a las estrellas. Y para todos los que han perdido seres queridos", confesó el cantante mexicano, para introducir los primeros acordes de "Vuela libre paloma", un tema que calificó de "cargado de esperanza".
Un par de tragos de una botella de vino chileno -"aquí si que hay buen vino, cabrones", enfatizó Fher mientras bebía-, sirvieron al cantante de acicate para interpretar "Mariposa traicionera", del disco "Revolución de amor" (2002), una melodía que dedicó "a los hombres que se enamoran de mujeres que los tratan mal".
El punto de inflexión del espectáculo llegó cuando Fher y un Sergio Vallín de guitarra acústica dejaron el escenario principal para subirse a una pequeña tarima situada en el centro del Estadio, en la que interpretaron un popurrí de canciones románticas, entre ellas, "Cachito" y "Te lloré un río".
"Corazón Espinado", "Latinoamérica" y "Amor clandestino" fueron otros de los temas interpretados por la banda mexicana antes de poner rumbo hacia Argentina, Paraguay y Uruguay, próximos destinos de la gira latinoamericana "Drama y luz".
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