Maná es uno de esos grupo que sin hacer mucho ruido se ha convertido en una referencia mundial.
Sus cifras son espectaculares: 22 millones de discos vendidos en 25 años de carrera, 120 disco de oro y giras mundiales con llenos absolutos en lugares tan importantes como el Stample Center de Los Ángeles, en el que ya han vendido todo el papel en siete ocasiones.
Con esta carta de presentación no parece anormal que Roberto Medina, ideólogo de Rock in Rio, les escogiera para formar parte del cartel del festival de este año y les convirtiera en la primera banda latinoamericana en cerrar el Escenario Mundo en una edición de Rock in Rio. "Para nosotros es un honor formar parte de este evento. Fue un éxito en Rio de Janeiro y estoy seguro que será aún mejor en Madrid", explica a Expansión Fehr Olvera, cantante y guitarristas del combo mexicano, tras la rueda de prensa de presentación del festival.
La última gran noticia para Maná ha sido el Grammy al mejor álbum de rock latino que obtuvo en la última ceremonia que tuvo lugar el pasado 12 de febrero. Sin embargo, los galardones cuentan poco para ellos. "Es bonito haber ganado otro Grammy por este disco, siempre estamos agradecidos por ganar algún premio, pero no es lo que perseguimos. Lo que nos enorgullece y es un verdadero premio es ver nuestros conciertos llenos, que la gente siga comprando nuestros discos y que quiera a la banda", comenta el guitarrista Sergio Vallín.
Para Olvera, los premios no son demasiado positivos, porque convierten a los artistas en personas vanidosas y hacen perder el rumbo. Pero el cantante, a pesar de estar agradecido a la academia estadounidense por este galardón, sigue molesto -ya ha protestado enérgicamente en otras ocasiones, por la falta de integración de todo los estilos en este entrega de premios.
"Resulta muy molesto que se haga una separación entre los Grammy latinos y los Grammy estadounidenses. No entiendo esa segregación, ya que el castellano es una de las lenguas más habladas en el mundo y la música en español está ganando espacio en todo el planeta, incluido Estados Unidos. En la música no se puede hacer eso, por eso nunca hemos ido a recoger un premio a los Grammy estadounidenses. Y seguiremos sin asistir hasta que no integren todos los estilos (latino, jazz, etc.) en una misma ceremonia. Los estadounidenses tienen que darse cuenta del peso que tiene la música latinoamericana en el mundo".
El trabajo que les ha traído este nuevo reconocimiento, Drama y Luz, ha sido uno de los discos más complicados de la dilatada carrera de Maná. "Es un álbum lleno de carga emocional. Fehr perdió a su madre y su hermana en menos de dos meses, y eso hizo que el proceso fuese especial y diferente", explica Vallín. "Este disco muestra de una manera genuina nuestras emociones. Tanto las mías, tras el fallecimiento de mi madre y mi hermana, como las del resto de la banda. Teníamos muchas ideas tras cuatro años sin publicar nada, lo que fue positivo y negativo al mismo tiempo. Ahora puede decir que fue un disco complicado, lleno de entusiasmo, pero también con muchas dudas. Sin embargo, después de varios meses estoy convencido de que éste es el mejor disco artísticamente hablando de Maná", completa Olvera.
Drama y Luz no es el disco más vendido de la banda, ni el más fácil de entender, pero sin embargo sigue en lo alto de las listas de ventas, y cada nuevo sencillo que se publica termina convirtiéndose en número uno. Los integrantes de la banda comentan que la discográfica no entendió el disco en un inicio y no pareció satisfacer sus expectativas, tras nueve meses de grabación, pero este trabajo ha servido como reclamo perfecto para una gira mundial, en la que están embarcados actualmente, repleta de éxitos y salas llenas hasta la bandera.
Pero, ¿cómo se atreven a pasear por el mundo en un periodo de crisis como este? La respuesta radica,
según dice Olvera, en saber gestionar los recursos. "Mucha gente nos pregunta cómo hacemos para poder contar con ocho trailers, 50 toneladas de material y escenarios, y más de sesenta personas en el equipo de esta gira. Y la respuesta es mejorando nuestra gestión y la logistica de la gira. Maná siempre ha trabajado para que nuestras entradas fueran accesibles y no queríamos subir su precio en este periodo tan complicado, así que apostamos por buscar lugares con aforos más importantes".
"Esta fue nuestra gran jugada económica y nos permitió cuadrar el precio de alquiler de la sala y el precio que queríamos para las entradas. En EEUU, en el Stample Center de Los Ángeles por ejemplo, decidimos actuar cuatro noches seguidas, lo que implicó que el escenario sólo se montó una única vez. Ese fue un primer ahorro", prosigue.
"Además, al actuar cuatro noches consecutivas, el Stample rebajó el fee que teníamos que pagar. Por último, pactamos los precios con los equipos de montaje por semanas y no por fechas, lo que también redujo los costes. Hemos tratado de mejorar nuestros sistemas de logística, y nos han salido las cuentas, aunque seguimos sin ganar tanto como la gente piensa", concluye el cantante de Maná entre risas.
No cabe duda que el grupo mexicano ha vivido y vive la crisis económica en primera persona, pero la situación no le atemoriza, ni en su país ni en España. "Los mexicanos siempre hemos estado en crisis y ahora parece que estamos saliendo un poco del agujero, aunque todavía nos queda mucho por hacer", apunta Vallín. "Y España no está pasando su mejor periodo", completa Olvera, "pero los españoles están hechos de acero y saldrán adelante, como lo han hecho siempre".
"España tiene que volver a confiar en su fuerza, su energía y su potencial, porque tiene mucho y de todo. Uno de los problemas, y que es valido también para el resto de Europa, es que han entrado en una zona de confort que ha hecho que dejen de avanzar. Nosotros en Latinoamérica nunca hemos dejamos de remar. España tiene que volver a remar para avanzar económicamente", concluye un Olvera que se muestra ansioso por volver a España el próximo 30 de junio dentro del elenco seleccionado para el festival Rock in Rio.
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