La banda mexicana se presentará mañana en Puerto La Cruz.
Los integrantes de la agrupación mexicana Maná ya están en suelo venezolano. Fernando Olvera, Juan Calleros, Alejandro González y Sergio Vallín aterrizaron la noche del pasado domingo 4 de marzo en la capital en un vuelo que los traía desde Bogotá. Hoy se encuentran en el estado Anzoátegui para ultimar los detalles del primer concierto del tour Drama y Luz 2012.
Mañana miércoles comenzarán la gira. Primero por el Estadio José Antonio Anzoátegui de Puerto La Cruz. Luego, el 9 de marzo, llegarán al nuevo Parque Musical Evenpro de Valencia. Y cerrarán su gira el 11 de marzo en la capital, donde pisarán la tarima dispuesta en el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar.
Así será el regreso a Venezuela después de cuatro años. Amar y Combatir fue el último tour que los trajo a ciudades como Valencia, Maracaibo y Caracas a finales de noviembre del año 2007.
Su retorno lo hacen con Drama y luz, nombre de la novena producción discográfica, la cual pretende "sintonizar a su manera con la crisis actual apuntando hacia arriba", según lo declarado por el guitarrista Sergio Vallín en una entrevista con la agencia de noticias Efe. "Es el único rumbo que se puede tomar cuando se está en el fondo de una situación", agregó.
Artesanía y sushi
Los mexicanos que le arrebataron el Grammy a los venezolanos de La Vida Bohème y Los Amigos Invisibles en la pasada edición de los premios Grammy en la categoría Mejor Álbum pop, rock o urbano, llegan al país con una intención que va más allá de brindar unas cuantas horas de música a sus fanáticos.
Los músicos quieren llevarse bastante artesanía venezolana, al menos esa fue una de las principales peticiones en su rider técnico. Y también quieren un poco de privacidad. Quizás por eso exigen poder tomar el sol en las terrazas de los hoteles donde serán hospedados.
Además, piden muchas frutas y jugo de zanahoria. En cuanto a comida, no piden nada de gastronomía nacional, sino todo lo contrario. Mucho sushi es lo que quieren en sus camerinos.
Son más de 50 personas las que viajan con la agrupación, entre músicos, ingenieros, técnicos, productores y demás responsables de garantizar un concierto que quizás dure más de dos horas, y en el que seguramente no pasarán por alto algunos de sus grandes éxitos, algunos de ellos que se remontan a la época del cassette: Corazón espinado, Te lloré un río, Se me olvidó otra vez, Eres mi religión, Vivir sin aire, Como te deseo y Clavado en un bar.
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